Heridas curadas

Al fin habíamos llegado y por suerte, aunque sea sólo por un rato, la desconocida nos había dejado solas. El lugar era hermoso era un pequeño lago (si es que podía llamarsele lago) en el centro de un claro. Su agua era increíblemente cristalina, se podían ver claramente las piedras del fondo, estaba alimentado por un pequeño hilo de agua que caía desde un pequeño precipicio de no mas de dos metros.
Me acuclillé al lado del agua y sumergí en ella mi mano herida con algo de desconfianza y curiosidad. Tal vez todos los rumores sean sólo mentiras. Al principio no ocurrió nada por lo que me estaba comenzando a desilusionar, pero pocos segundos mas tarde sentí cómo mi muñeca se relajaba y luego comencé a sentir los típicos cosquilleos que ocurren cuando hay falta de circulación. Al poco tiempo mi muñeca estaba perfectamente curada y sin ningún rastro de haber estado rota.
Me pare de golpe y corrí los dos pasos que me alejaban de mi hermana. - ¡¡Shii!! ¡Mira! ¡Esta curada! En verdad sirve, vamos dentro. - Exigí arrastrándola de un brazo mientras movía sin parar de un lado a otro mi ex muñeca fracturada.

Sumergí mi pierna en el lago, viendo como Kuro-nee hundía su muñeca para curarla. Me relajé y sentí como se cerraba la herida y se curaba mi musculo que había sido atravesado por el cuchillo. Se sentía bien tener la pierna de vuelta a su normalidad.
- ¡¡Shii!! ¡Mira! ¡Esta curada! En verdad sirve, vamos dentro. – me exigía mi hermana, una vez curada su muñeca, mientras me arrastraba del brazo.
-Vamos le contesté- y nos adentramos un poco más en el lago. Aproveché para beber un poco del agua y mejorar mis costillas y mi panza. Me dolía, pero ya no tanto.
Kuro-nee se encontraba jugando en el agua y sonreí suavemente. “Ya se encuentra mejor.” pensé y escuché unos pasos que se acercaban a nosotras.
Giré para observar cómo se acercaba la chica lobo.
-Hello, there~- nos saludó elevando alegremente una mano, sosteniendo la mochila en la otra. Se veía casi toda completamente llena de sangre, seguramente del oso. Sonreí internamente. Esa forma de luchar salvaje que poseía le agradaba realmente. -Se las ve mucho mejor ahora- agregó obviamente divertida al vernos recuperadas.
-¿Estuvo rico?- le pregunté y bebí un poco más del agua del lago. Carne de oso…No era una de las carnes que más me gustase, pero imaginaba que a ella toda carne le venía bien.

-Acurse~- canturreó alegremente, dejando la mochila contra un árbol- La carne de oso es grasosa pero, por mucho, lo mejor que puedes conseguir por aquí sin corretear durante horas atrás de un ciervo- alzó los hombros y, tras quitarse los borseguíes y las medias se metió dentro de la laguna, sumergiéndose en lo más hondo.

Al salir, la sangre diluida le corría por el cuerpo y, tras tirarse al agua una vez más, estaba impecable. Salió del agua, se sacudió como perro y se sentó junto a la orilla, sobre el césped. Se quitó la musculosa para tomar sol y estiró las piernas.- So... ,¿ van a contarme en qué consiste el trabajo?- miró a ambas felinas con una sonrisa simpática

Se inclinó hacia adelante, alcanzando la punta de sus pies con los dedos. Se quedó allí unos segundos y luego volvió a la postura anterior. Se sentó, doblando las piernas, uniendo la planta de sus pies y puso sus manos encima.

-Oh! Casi se me olvida... ¿De dónde vinieron tan heridas? Hacía mucho que no veía a alguien tan mal...- miró al cielo meditativa- La última vez fue en una riña entre clanes hace ya casi 10 años...- racontó alegremente.

Salí del agua cuando la ojiverde entró y me mantuve parada mientras mi ropa se secaba. Al poco rato, cuando salió y preguntó sobre el trabajo miré a Shii dudosa. Tenía sospechas sobre lo que ella estaba planeando y estaba casi segura de lo que era, pero no conocía los detalles y estaba segura de que no era conveniente que la ojiverde supiera esa parte del 'trabajo'.
Sonreí ante la segunda pregunta. - Nadie me puede dejar en ese estado. ¡Sólo Shii es tan buena! - Exclamé orgullosa. Y era cierto ya que si advirtiera que mi contrincante es mejor que yo huiría sin dudarlo y gracias a mi habilidad no era posible evitarlo. Pero Shii si podría mantener una buena batalla, y ya estaba confirmado. Ya que la velocidad y agilidad de ambas era bastante similar.
- ¡Y obviamente nadie puede lastimar a mi hermana salvo yo! - Protesté cruzándome de brazos.

Le dediqué una cariñosa mirada a Kuro-nee. Nunca entendería cómo es que ella estaba tan orgullosa de mi, cuando en realidad yo lo estaba de ella. “Kyriene…” pensé y me senté junto a ella.
-Nos herimos al quedarnos en el Castillo Abandonado. Ya sabes, aquel lugar del cual la gente o no sale o sale muy malherida. Creo que a comparación de los demás, hemos salido perfectamente bien. –dije sonriendo de manera engreída. Una muñeca rota y una pierna lastimada no eran tan graves como algunas heridas de las cuales había oído hablar.-Con respecto al trabajo… Por ahora, quiero seguir probándote como guardaespaldas… Daremos algunos pequeños golpes y luego haremos un robo que tengo planeado hace tiempo… Vos nos protegerías durante nuestros trabajos. Cuando hayamos terminado el golpe, puedes marcharte. Dime cuál es tu precio. Te pagaré la mitad ahora y la otra parte después de nuestro objetivo. Ya sabes, solo dos semanas.

Arqueó una ceja sorprendida. ¿Qué estaría planeando que conllevase probarla tanto? Sin embargo, dibujó una sonrisa burlona.

-Muy bien, como quieras, snowflake- se rió- Es la primera vez que soy guardaespaldas de dos ladronas...- entonces cayó en la cuenta de algo-¿Pretenden que vaya a la ciudad o que las defienda en los caminos nada más?- preguntó con cierta duda.

Odiaba las ciudades de lo más hondo de su ser y prefería no pisar una salvo que realmente lo requiriesen. Y de ser así, se los cobraría extra. El ruido, los olores, lo aburrido. Toda parecía concentrarse en esos superpoblados infiernos sobre la tierra.

Se puso de pie, sacudiéndose un poco la mugre y se volvió a poner la remera mojada. -Say, ¿qué otra prueba pretenden hacerme?- procuró cambiar de tema mientras tanto.

Volví a mirar a mi hermana dudosa. Por mas que tenía cierta idea de lo que quería no tenía ní idea de lo que planeaba. - Sólo síguenos y defiéndenos hasta que te demos alguna otra orden. - Respondí encogiéndome de hombros. - ¿Verdad Shii? - Pregunté para confirmar mientras levantaba la vista pensativa, no creía estar equivocada. En ese momento ví unos frutos sobre las copas de los árboles cercanos y me abalancé sobre el más próximo trepando a él ágilmente y a una velocidad abrumadora.
- Shii~~!!!!! - Grité desde la copa. - ¿Ésto se puede comer? Huele muy bien. - Pregunté sentada desde una de las ramas mas altas balanceando mis piernas mientras sacudía enérgicamente uno de los frutos en mis manos.

-Ya nos encontraremos con alguien en el camino…-agregué mientras prestaba atención a los frutos que me mostraba Kuro-nee.-Bájate del árbol pronto y trae sólo las que se ven moradas. Las demás no que son venenosas.-le grité y volví a prestar atención a Keyna.- Por ahora viajaremos lentamente hasta Odalya. Imagino que no te gustan las ciudades, por lo cual, lo último que haremos será llegar allá y dar el golpe que hace tiempo vengo queriendo dar. Ese será tu última noche con nosotras. Después de eso puedes marcharte.
Me senté y Kuro-nee bajó del árbol. Me tendió la fruta y tomé una llevándola a la boca. Era deliciosa. Dulce y suave.
-Bueno, no sé ustedes, pero yo no tengo ganas de viajar todo el tiempo a pie. Cuando lleguemos a la carretera propongo robar un carruaje.- Les dije y esperé la respuesta de mi hermana y la chica lobo.

Asintió enérgica ante la explicación -Bien, entonces haré tarifa regular por el viaje y un plus por la noche en la ciudad... Para mí las ciudades son un goddamn bloody hell- explicó con cierto desprecio, mirando atentamente a las chicas para luego sonreírse. -Pelear para mí es un gusto, así que no será problema...-

Se desperezó una última vez.- Si realmente no quieren ir a pie para mí no es un problema llevarlas hasta que demos con un vehículo alternativo... Well, si por mí fuera las llevaría todo el camino pero según vi la última vez, a Blacky no le gustaba demasiado la idea- comentó, divertida, mirando a la morocha.

- Ni lo sueñes. - Respondí con la boca llena de fruta. - Además es mas cómodo, conveniente y divertido robar un transporte. Hasta puede que nos llevemos un extra. - Respondí con experiencia recordando una vez que con Shii habíamos robado un carruaje y dentro habíamos encontrado varias bolsas de oro y algunas joyas.
Volví la vista hacia arriba mientras masticaba otro bocado de fruta. - ¿Cuál es el camino mas cercano? - Pregunté entusiasmada con la idea de volver a nuestras andadas. - ¿Hacemos lo mismo de siempre o probamos algún plan nuevo? - Pregunté mirando a Shii divertida.

Sonreí mentalmente ante las respuestas de Kuro-nee. Saqué la brújula y el mapa y determiné nuestra posición.
-Tenemos dos opciones. No solo quiero un camino casi directo a Odalya que sea transitado por gente, sino también uno por el cual pasemos por distintas regiones antes de llegar.-Estuve meditando y elegí uno de los caminos.- Usaremos la ruta que va por la costa. Estamos a un día de la ruta si nos dirigimos en dirección noreste.-indiqué apuntando hacia donde deberíamos ir.- Al llegar, en escasos kilómetros nos encontramos con la zona donde se encuentra la Aldea Subacuática.- miré de reojo a Kuro-nee.-Yo te ayudo a pasar…-le dije y seguí explicando.- Después, en 5 días, aproximadamente, llegamos donde se encuentra la Isla. Y después de eso nos dirigimos a Odalya.

Asintió ante las propuestas, mirando hacia esa dirección y asimilando los planes.

-No tengo objeciones; supongo que no necesitarán mi ayuda con el robo, right?- se rió un poco, descontracturándose una última vez y poniéndose de pie, vistiéndose de forma más prolija aunque no demasiada, que hubiera sido impropia de ella.

Se calzó el bolso al hombro y las miró casi con emoción ante el nuevo trabajo que pintaba algo más largo que los habituales. -Cuando quieran- les sonrió mostrando levemente los colmillos.