Primer trabajo acompañada (+18)

-Vayamos a registrarnos a un hotel.-le dije a Iain una vez en la Aldea. Ya casi iba a dar media noche.

Tardamos poco en llegar allí gracias al chofer del carruaje que había contratado. Era un muy buen viejo amigo en el cual tenía mucha confianza. Él había aceptado gustoso traernos hasta aquí, por lo cual trató de hacer el viaje lo más placentero, lo cual era difícil. Después del episodio en mi cocina, me costaba mirar directamente a Iain a la cara. Cara vez que veía sus ojos, solo era capaz de recordar sus manos, lo cual provocaba que me sonrojara y apartara la vista. “Demasiado…” pensaba cada vez que sucedía eso. Por lo cual, es obvio pensar que el viaje había sido más bien silencioso. Por suerte, solo había llevado unas horas.

-Si no me equivoco, hay un hotel por acá cerca.-le comenté y saqué mi espejo mágico, una de las pocas cosas que había empacado, para observar dónde se encontraba el hotel y por donde nos convenía viajar.-Si, sigamos por aquí…-le dije y sosteniendo mi maleta comencé a caminar.-Mañana a primera hora comenzamos con el trabajo.

Se había pasado el viaje deleitándose con la vergüenza de la chica, quien evitaba su mirada a cualquier costo y, cuando no, se ruborizaba toda por su cuenta.
Sabía que esto iba a marcar algo de distancia un tiempo. Por lo menos, la chica no vendría a tentarlo por un tiempo. O eso esperaba, ya que su autocontrol comenzaba a decaer. Estaba seguro de que esa noche soñaría con la continuación de esa mañana.
Cuando la chica le dio las indicaciones y asentió. Le tomó la maleta a la fuerza y se la cargó sobre el hombro mientras llevaba su propio bolso en la otra mano, siguiendo a la chica.

Una vez llegados allí se anotaron en el libro de entrada del hotel y notó que la chica sólo había pedido una habitación. Al llegar a ella notaron que había una cama de dos plazas en el cuarto y una de una en el recibidor. Asumiendo que era suya, el pelirrojo dejó su bolso allí y llevó la maleta hasta la cama de la chica.

Sin decir nada, sacó el atado de cigarrillos y abrió la primera ventana que halló para poder encender uno y fumarlo tranquilo.

“Realmente fuma mucho…” pensé con un poco de gracia y volví a suspirar. ¿Por qué tenía que ser tan infantil y vergonzosa? “¿Por qué?” me pregunté quejándome de mi misma. Deseaba dejar de serlo. Había tantas cosas que quería hacer, que quería saber… Pero no podría lograrlo si no superaba esa estúpida timidez.
Me senté en la cama decidida a seguir con lo que Iain había comenzado esa mañana. Iba a continuar, no me iba a detener… “Deseo que lo haga…” pensé al recordar sus labios y sus manos.
-Lo voy a hacer…-susurré para mí misma mientras me levantaba e iba en busca de Iain. Lo vi fumando tranquilo cerca de la ventana abierta. “No, acá no…”pensé para mí misma y me fui a tomar un baño.

Prendí la ducha y, por un rato, me quedé quieta pensando mientras dejaba que el agua me mojara. No era capaz de entender la necesidad de atarlo que sentía. Tal vez un encaprichamiento. Si me ponía a pensar, ni entendía por qué con él. Sólo sabía que con Iain todo era diferente, había algo en él que me atraía.
Suspiré y apoyé mi cabeza en el frío mármol. No importaba lo que fuera, yo lo quería y lo tendría. Sonreí ante lo caprichoso que sonaba eso. “Pero soy así…” me dije. “No puedo evitarlo…”
Sacudí mi cabeza y me dediqué a bañarme convenciéndome a mí misma de que podía. “Mañana en la playa a media noche será.” me dije y salí de la ducha.

Una vez terminado el cigarrillo y con demasiada pereza para encenderse otro, se dejó caer en su cama, apoyando las piernas cruzadas sobre el bolso que había quedado a los pies de la misma.
La situación le parecía fastidiosa, sí, pero esa voz instintiva en su cabeza que jamás se equivocaba le decía que valía la pena. Aunque el 'encadenamiento' le molestaba. Le dejaba un mal sabor de boca, un gusto a poco, o mejor dicho, a un precio muy alto.
Miró el techo con desinterés, usando sus brazos cruzados debajo de su cabeza como almohada, hasta que cerró los ojos, con el oído atento a los ruidos del baño. La ducha corriendo lo tentaba. Y bastante. Especialmente después de los eventos de la mañana.
Se sonrió con picardía mientras se levantaba. El sigilo era lo suyo. Caminando en absoluto silencio logró colarse el distribuidor del baño, donde estaba el lavamanos, y detrás del cuál estaba la ducha. Si tenía suerte, podría verla antes de que se envolviese en una toalla.
Se sentó sobre el inodoro con la tapa baja, cruzándose de piernas y de brazos, con una sonrisa ladina.

Salí de la ducha dirigiéndome hacia la toalla. "Yo puedo... yo puedo..." me repetía mientras daba los cortos pasos que me llevaban hasta ella. La agarré y sequé mis cabellos antes de envolverme en ella. "Es fácil..." me dije. "Sólo dejarme llevar... Iain seguro se encargará de todo... ya que tiene experiencia..." pensé con un poco de amargura, pero lo dejé estar. Eso no importaba. Lo importante era lograrlo y hacerlo bien. Aunque realmente no sabía nada...
Suspiré y me di la vuelta para agarrar los zapatos y la ropa que había dejado cerca del inodoro. Si no hubiera estado tan distraída lo hubiera visto antes...
-Pe-pe-pero... ¿qué?-me pregunté al ver a Iain allí mirándome fijamente. Al instante enrojecí. "Me vio completamente desnuda..." pensé alarmada. "¡No! No es para tanto..." me dije rápidamente tratando de calmarme. Tenía que lograrlo, tenía que superar todo eso...
Tragué audiblemente y me acerqué a él.
-¿Disfrutando de la vista?-le pregunté tratando de decirlo calmada y juguetonamente.

Su cambió de humor lo divirtió profundamente, su sonrisa ensanchándose. -Aye, a lot- le dijo seductoramente, sus orejas y cola apareciendo en respuesta involuntaria pero afirmando su respuesta. La cola pelirroja se movía lentamente, en un vaivén misterioso y, de alguna forma, casi sugerente.

Descruzó las piernas y cuando la tuvo cerca la hizo sentarse sobre su regazo de nuevo, reteniéndola por la cintura, el agarre aflojando el cruce de la toalla que sostenía todo el 'atuendo'- Lista para otro intento, me wee rabbit?- se relamió, sonriente, devorándola casi con la mirada.

Me senté en su regazo y asentí ante sus palabras. "Yo puedo..." me recordé "Dejarme llevar... no pensar... no pensar..." Lamí mis labios lentamente y acerqué mi rostro al suyo, maravillada ante la visión de su sincronización media.
-Me gustan tus orejas...-comenté distraída mientras me dejaba arrasar por su mirada. Me sentía nerviosa y mi corazón se aceleraba cada vez más...
Acerqué mis labios y lo besé lentamente, maravillándome ante la suavidad de su piel. Acaricié su rostro con mis manos memorizando sus lineas y me apegué a él tratando de olvidar completamente la cordura. No quería pensar, solo quería sentir... Sentirlo a él... allí, en ese momento.
Introduje lentamente mi lengua, un poco indecisa al no saber exactamente que hacer, pero Iain rápidamente me ayudó. Gemí ante su gusto y me apretujé más contra él deseando que no parara. Sentía que me faltaba el aliento, pero no me alejé. Me obligué respirar, encontrar el aire de alguna forma y seguir.

Se separó para que dejase de esforzarse en respirar mientras él aprovechaba y hacía lo mismo. Se acercó a su oído. -Aprendes rápido. I like that... a lot- le dijo ya con la voz casi áspera del deseo. Se sonrió una vez más, satisfecho con ya tener a la chica así, tan o más deseosa que él mismo.

La rodeó más fuerte con sus brazos, procurando apoderarse más aún de su aliento, acariciando su pierna con su cola justo donde la toalla acababa. Mientras ella se esforzaba por corresponder, aprovechó para con un leve tirón desenganchar la toalla, que se deslizó hasta sus caderas. Sus manos se quedaron en su cintura, disfrutando de la piel suave y tersa de la peliblanca.

La dejó respirar una vez más y la miró a los ojos. -Nora...- casi le gruñó bajito, suplicante, deseoso, antes de pasar a su cuello, sus manos subiendo levemente unos centímetros, para recorrer la parte inferior de la curva de sus pechos descubiertos con los pulgares, casi a modo de provocación traviesa. La suavidad de la piel lo enloqueció por dentro pero procuró mantener la compostura.

Se me escapó el aire ante sus suaves caricias y mis ojos se cerraron ante el maravilloso placer de su contacto. Sentir sus manos sobre mi piel era una delicia... Me acerqué a el y dejé caer mi cabeza ofreciéndole más espacio de mi cuello...
-No pares... -le susurré mientras lo agarraba del borde de su camisa.-No pares...-repetí mientras sentía como sus manos jugaban con mi piel, enviándome pequeñas descargas eléctricas a través de mi cuerpo.
Gemí sin poder evitarlo cuando sus pulgares avanzaron unos milímetros más por la curva debajo de mis senos.
-Iain...-le susurré mientras sentía como comenzaba a mordisquear mi cuello, produciéndose en mi un escalofrío.-Quiero tocarte...-le dije mientras comenzaba a tratar de desabrochar su camisa... Deseaba sentir su piel, probarla...

Se rió sobre la piel de su cuello, casi habiendo llegado a la base. -Nadie te lo impide, lassie- se separó un momento para dejarla luchar con los botones y de paso alegrarse la vista otro tanto. La dejó deshacerse de su camisa y volvió a su cuello, el roce de la piel de ambos desatando la locura.

Sus manos abandonaron el leve roce para pasar a tomar ambos pechos en un masajeo lento, tentativo, sabiendo que el límite de la chica no estaría mucho más lejos. La suavidad le robó un gruñido mientras atacaba su mandíbula. Quería oír a la chica gemir a la chica a viva voz al menos una vez antes de que el 'intento' acabase, así que pellizcó una de las erectas puntas con sus dedos pulgar e índice, aplicando presión en una especie de llave, retorciendo levemente la sensible piel.

Grité ante la presión en uno de mis pezones y agarré los cabellos de Iain dirigiendo mis labios a los suyos mientras lo besaba desenfrenadamente, mordiéndolo sin querer a veces.
-Volvé a hacer eso...-le dije cuando despegué brevemente mis labios de los suyos y volví a besarlo agarrándolo fuertemente mientras me apretaba más a él.
Solté su boca y me dirigí a su cuello tratando de imitar lo que él me hacía sentir allí. Mis manos comenzaron a dirigirse por su cuerpo, probando cada linea y maravillándome ante lo excitante que era hacer eso. Mordisqueé debajo de su oreja y despues lamí la zona disfrutando de su piel y su gusto.
-Llévame a la cama...-le pedí deseando tenerlo desnudo debajo de mí.

Se rió de nuevo, mezclado con un gruñido de placer ante las acciones de la chica. Llevó las manos a sus piernas, deslizándolas hacia arriba por sus muslos casi a modo de burla y de leve provocación, el roce de sus pechos contra el suyo bastando para empezar a consumirle los pocos restos de cordura que le quedaban. -Segura que quieres esto ahora, hasta el final, wee rabbit? Porque...- jaló suavemente de su cabello hacia atrás para ver sus ojos y robar sus labios, demostrando lo que estaba por decirle -Ya no podré ser delicado si hago lo que me pides...- se sonrió, volviendo a besarla mientras repetía la acción en sus pezones pero en simultáneo, con ambas manos.

Agarré su rostro manteniéndolo en su lugar mientras gemía debido al placer que me inundaban sus manos apretando mis pezones.
-Si, no pares...-contesté casi sin aliento ya y me apreté a él, envolviéndolo con la piernas.-No seas delicado...-agregué mientras pensaba en todo lo que me había hecho y en lo maravilloso que se había sentido.
Solté sus labios y reí roncamente mientras acariciaba su rostro.
-Realmente adoro como besas...-comenté y comencé a deslizar mis dedos por su cuello hasta llegar a su clavícula, observando su hermosa piel detenidamente.-Llévame...-volví a pedir sonrojándome completamente.

No tuvo que pedírselo dos veces. Rozó descaradamente sus muslos deshaciéndose de la toalla antes de levantarse, cargándola y dirigiéndose al cuarto mientras besaba su cuello con ferocidad.

Con su último rastro de cordura y delicadeza la dejó sobre la cama antes de besarla con deseo ferviente, volviendo a su cuello, masajeando sus pechos con descaro y cierta brusquedad, estimulando sus pezones con el afán de escuchar la voz de la chica llamarlo.

-Ya no hay lugar para arrepentimientos, Nora- le susurró separándose un poco, con una sonrisa triunfal, mirándola a los ojos. Descendió a besos por su cuello, inclinándose hacia la derecha, con la intensión de asaltar su sensible zona. La piel se volvía ligeramente más pálida y más suave cerca de la punta, incitándolo a ser ligeramente más suave, deteniéndose para apreciar con maravilla lo notorias que eran las marcas que dejaba. Orgulloso de su trabajo, relevó a su mano derecha de la tarea de complacer a la chica, estimulándola primero sólo con los labios, presionando y tirando un poco, y luego recurriendo a sus dientes.

Grité cuando Iain mordió fuertemente uno de mis pezones y mi mano salió disparada a mantenerlo allí, incentivandolo a que continuara.
-N-no... no te detengas...-logré decir mientras él seguía atacando mis senos con devoción.
Lo escuché reír ahogadamente y volví a sonrojarme, mientras mi columna comenzaba a curvarse inconscientemente.
-Iain...- lo llamé abrumada por todo lo que sentía.
Lo vi elevar la cabeza y me dirigí directamente a sus labios buscando un refugio, un pequeño descanso.

Escucharla lo enloquecía totalmente y se separó de sus labios para volver a atenderla, relevando a su mano izquierda ahora, la derecha volviendo a su sitio cosa de no dejar a ningún pecho desatendido. Bajó su mano libre por su vientre, disfrutando de la suavidad de la piel que no hacía más que tentarlo a más no poder, hasta que llegó hasta sus labios inferiores.

Esperó, atento, a su reacción. Era, según sus cálculos y especulaciones, la primera vez de la chica. Pero no escuchó objeción alguna. Se abrió paso entre ellos con dos dedos para encontrarse con la humedad delatadora, cuyo sonido lo hizo estremecerse en deleite mental y excitación. Tanto así, que incluso ignoraba lo mucho que lo incomodaba su propia ropa. Lo recorrió todo una vez, deteniéndose sobre el punto más sensible, presionando ligeramente, habiendo humectado toda la región con su leve recorrido con sus dedos.

Clavé mis uñas en su piel mientras un placer completamente nuevo me inundaba. Me había asustado y entusiasmado a dónde su mano se dirigía y ahora que sentía la suave presión de sus dedos no podía dejar de temblar y gemir.
-Iain... Más... más fuerte...-le supliqué mientras me acercaba a su toque deseando que no parara nunca.
Deslicé mis manos por su cuerpo, queriendo captar cada parte de él. Entonces caí en el borde de sus pantalones. Indecisa comencé a tocarlo sobre la tela... No sabía exactamente que hacer, pero la curiosidad me envolvía. Acaricié suavemente esa zona dura y sentí como el cuerpo de Iain se estremecía. Presioné un poco allí, deseando que algo me guiara... deseando estar haciéndolo bien...

Se separó un poco para mirarla a los ojos y la besó bruscamente -Relájate y disfruta, wee rabbit; la próxima te enseñaré a atenderme si tanto quieres saber- se rió levemente, volviendo a recostarla- But not today- agregó y mientras su mano izquierda frotaba su clítoris con algo más de brusquedad, bajó a besos por su vientre. Hasta que llegó a donde estaba su mano.

Ésta se detuvo y reemplazó el estímulo por lamidas. A pesar de que había dicho que no podría ser delicado, estaba haciendo todo lo posible por preparar a la chica para que fuese lo más indoloro posible para ella. Con eso en mente, bajó un poco más, probando directamente esa humedad con su lengua, invadiéndola un poco con ella mientras su mano volvía a estimularla suavemente.

-¡Iain!-grité sorprendida ante lo que hacía, pero el sobresalto fue rápidamente sustituido por una ola de placer que jamás había sentido.
Su lengua se deslizaba lentamente en tortuosas caricias que me hacían estremecer.
-Iain...-susurré casi sin aire al sentir como mordisqueaba lentamente aquella zona más sensible. Abrí un poco las piernas permitiendole un mejor acceso.-No pares... ahh, ¡Iain!-exclamé mientras lo sentía aumentar la fuerza.

Se incorporó sobre ella ligeramente para apreciar la imagen de la chica sumiéndose en el éxtasis. La besó mientras insertaba un primer dedo a modo de prueba en su interior, sintiéndolo abrirse paso por su húmedo y caliente cuerpo. Volvió a bajar a su pecho, mordiéndolo, con el fin de reducirle la sensación de extrañeza a la chica para luego volver a lamer su clítoris tras descender a besos por su piel.

Comenzó a penetrarla con aquel dígito, entrando y saliendo despacio, procurando que se hiciese a la idea, que se relajase, mientras la seguía estimulando, haciéndola olvidarse de la incomodidad o cualquier dolor sumiéndola en placer.

Se sentía tan extraño aquello... Una pequeña molestia que me invadía,pero me hacía desear más.... Cada toque de Iain hacía que mi cabeza diera vueltas más rápidamente mientras ya no era capaz de controlar mi cuerpo. Cada caricia, cada penetración era una descarga electrica que recorría todo mi ser.
Instintivamente moví mi cadera deseándolo más adentro.... más fuerte.... no sabía exactamente, pero lo quería ¡ya!
-Más...-me quejé mientras acercaba aun más mi cuerpo a su boca.-Iain, quiero más...

Obedeciendo el pedido de la chica y de sus propios deseos, agregó otro dígito, esta vez la chica quejándose un poco. Volvió a sus labios -Resiste, Nora... O no soportarás lo que sigue- le susurró, lascivo y con un dejo de preocupación al oído. La penetró un par de veces con los dedos, lentamente, mientras le susurraba miserables palabras de consuelo en su vieja lengua natal, besando sus labios de vez en cuando con el afán de distraerla.

Al verla más acostumbrada y, en realidad, deseosa por terminar, se detuvo. Se bajó de la cama, deshaciéndose de su propia ropa. Se encontró con la mirada curiosa de la chica mientras lanzaba las prendas a una silla que estaba en el cuarto. Arqueó una ceja, burlón. -Whut, lassie?- preguntó, volviendo a subirse a la cama, queriendo terminar lo que había comenzado.

Fijé mi mirada en su rostro mientras sentía como comenzaba a ponerme nerviosa... Me moría por seguir, por bajar un poco la vista y descubrir lo que tanto me daba curiosidad, pero no era capaz de hacerlo de una.
-Iain...-murmuré mientras lo abrazaba, tratando de sentirlo, para acostumbrarme lentamente a su desnudes.-Déjame... acostumbrarme un poco- le pedí mientras lentamente mi mano descendía hacia aquella zona. Comencé a temblar por los nervios.
Mis dedos siguieron tocando su piel hasta llegar a algo duro y largo. Rápidamente me sonrojé y lo acaricié mientras lo tomaba en mi mano. Era tan... extraño... Miré hacia abajo para ver lo que era y me sorprendí ante el tamaño. "¿Iba a hacer con eso lo mismo que había hecho con sus dedos?" me pregunté un poco asustada.
-¿Va a entrar?-le pregunté mirándolo fijamente a los ojos. Seguramente si, pero... ¿si?

La dejó hacer, gruñendo ante sus tentativos roces. Procuró no reírse demasiado ante su comentario y la besó con intensidad, tratando de despertarle confianza.

-Aye, me wee rabbit- la besó una vez más y se posicionó frente a ella, acariciando sus caderas con las manos. Comenzó con una lenta embestida mientras se inclinaba y la besaba para distraerla, pellizcando uno de sus pezones con insistencia. Tenía que hacer que el placer se adueñase rápido de todo. Su calidez y humedad le robaron un jadeo complacido, especialmente al lograr ingresar completo. Se quedó quieto, esperando que la chica se acostumbrase a él y le diese el pie para continuar.

A pesar de los deliciosos toques de Iain no pude evitar un pequeño jadeo de dolor ante la invasión. Sin embargo, lentamente el dolor disminuyó convirtiéndose en una pequeña molestia que acompañaba al placer inmenso que sentía ante sus caricias.
-Iain...-susurré y sentí como comenzaba a moverse lentamente en mi interior. Jadeé ante las pequeñas explosiones de fuego que sentía estallar en mi interior. Todo era tan novedoso, tan deliciosa...-Iain...-volví a susurrar antes de encontrar sus labios y sentir que el ritmo iba aumentando y, junto con él, el deleite.-Si...-gemí mientras sus manos acariciaban mis senos y se burlaban de mis pezones...
Busqué sus labios y lo besé acaloradamente incitándolo a más.