Un viaje esperado

Lo miró a los ojos algo sorprendida por tanta delicadeza... Ella no merecía tanto, no estaba acostumbrada a ese trato.
-Hes...-fue lo único que pudo decir suspirando, empezaba a notar la gran diferencia que había entre ellos pero no quería pensar en ello-Gracias por enseñarme a bailar...-rió.

"No es nada, es que, quiero que sepas más de mi mundo. También me gustaría conocerte más a vos" terminó diciendo con tono jocoso. "Te tengo una última propuesta, que había pensado al llegar aquí. vayamos a caminar en la playa". Como toda zona cercana al mar, las mañanas eran calurosas, pero la temperatura traicionera bajaba notablemente durante las noches para dar paso a la diosa Nyx con sus delicados vientos fríos. Pero Hes pensaba en la belleza de la luna iluminando a su joven acompañante, y ante tal imagen su corazón volvía a llenarse.

-¿A caminar a la playa?-sonrió ampliamente y asintió acercándose a él-¿Me enseñarás en lugar? Nunca antes había venido hasta esta zona... Es realmente hermosa, gracias por traerme, Hes...-dijo en un tono más bajo buscando su mano para entrelazar sus dedos con los de él.

Al escuchar eso, no pudo esconder una sonrisa que se escapó por las comisuras de su boca.vistió su camisa que lo esperaba sobre la cama, agarro su tapado negro y tomado de la mano. Con Doll, emprendieron camino a la playa. La luna, como en la habitación, ilumina a todo lo que podían ver.
Al salir, Hes noto que Doll tenía frío, y era esperable. Sin dudarlo, tomó su tapado y lo puso sobre ella, que un poco grande, la cubría y protegía, la abrazó con suavidad y dijo "espero no tengas frío". El único sonido que les llegaba era el del mar. El agua que corría despreocupada y al llegar a la costa rompía sus olas.
Caminaban abrazados felices y sin recordar otra cosa que ese presente. En un momento, Hes se detuvo, tomo a Doll en sus manos y acercándose primero a su cuello, le susurró "cuando creí que no podías ser más bella, la luz de la luna se empeña en mostrar mi error. Eres preciosa".

No podía entender cómo un lugar tan cálido durante la mañana era tan frío durante la noche. Agradeció el tapado de Hesphyn desde lo más ondo ya que detestaba el frío, aprovechó que de vez en cuando no la veía para olfatear un poco la tela impregnada de su aroma característico.
Cuando se acercó a su cuello rió un poco por las cosquillas que ocasionaba su aliento en su cuello.
-Hes...-pasó las manos por su cuello-¿Y necesitabas de la luna para darte cuenta?-intentó bromear un poco buscando su mirada-¿Tu no tienes frío?-su calor natural le decía que no, pero no podía dejar de preguntar.

A lo largo del viaje y de todo lo que compartieron, Hes notó algo que le pareció fundamental en Doll: al principio era una mujer apartada, seria, pero atractiva. Ahora, frente suyo, y tan cerca, la veía, la imaginaba, simple, frágil, pura y más aniñada, en su perfección.

"No tengo frío, me encanta este clima" respondió aunque sabía que la respuesta era la esperada, y con una risa escondida por notar la gran diferencia entre ellos, él con una camisa fina y fresca, y ella, con su tapado y apenas tiritando.

Sintió sus manos subir por su cuello, una sonrisa se escapó y lentamente sus labios buscaron a sus pares, que tanto quería, que tanto extrañaba.

¿Que le gustaba ese clima? No pudo más que reír para sus adentros, él era tan cálido que no le afectaba para nada aquella brisa fresca que enredaba su cabello rojizo en una extraña danza envolviéndolos a ambos.
Respondió el gesto poniéndose en puntas de pie, su altura no era la misma sin sus zapatos de taco ¿Él era tanto más alto que ella? Aquello también le robó una sonrisa.
Se separó de sus labios aún sonriendo y buscó su mirada volviendo a apoyar las plantas de los pies en la arena que de alguna forma se mantenía con el calor de esa tarde.
-Hes... Si soy tan distinta a tí... ¿Qué es lo que hace que me quieras a tu lado?-en su propia mirada había un brillo casi infantil.

Siempre en su mundo, no había notado la diferencia de estaturas hasta que luego de separarse posó sus pies en la arena. La miró desde arriba, haciendo notar su altura, pero en un modo tal que denotaba su cariño y la broma en cuestión.
"tan diferente?" la pregunta le llegó por sorpresa, no lo había notado, no el lo que a él le importaba. "son sólo costumbres, quizás por la educación que me dieron mis padres, cuando vivían". hizo un breve silencio, que se notó demasiado. "te quiero a mi lado porque eres de algún modo especial. Eres muy pura, simple, graciosa. Me haces sentir protegido, y a la vez, veo en tus ojos, en esos preciosos ojos, una luz, de inocencia, que no puedo evitar querer".

Se ruborizó un poco ante las palabras dichas con tanta sinceridad y su mirada fija, aquellos ojos oscuros eran un misterio para ella y a la vez se mostraban totalmente abiertos a decirle todo.
Se dejó llevar por el sentimiento de calidez, de sentirse querida y única para alguien, no quería pensar en las diferencias que los separaban pero que él parecía ignorar. Decidió ignorarlas también, ignorarlas al menos por ese momento inclinándose a sus labios de nuevo, enredando sus dedos en el negro cabello suave de él.
-¿Me quieres?-inquirió cuando se separaron aunque estaban lo suficientemente cerca como para compartir el mismo aliento

Diferenciar un sueño de la realidad puede llegar a ser una tarea realmente complicada, y triste, si se descubre que todo aquello podía estar oculto bajo una sábana que borraría para siempre todo lo vivido. Pero Hes sabía perfectamente que todo ese sueño maravilloso era la realidad pura. Aquel momento en esa playa, con Doll, esos besos, y esa llama que iluminaba la arena y alejaba el frío eran reales.
La pregunta le llego como un balde de agua caliente en una mañana helada. Después de perder a sus padres, y más aún después de su hermana, Hes había abandonado la idea de amar. Suficiente había sido su dolor, como para abrirse al amor, o al menos eso creía.
Doll despertaba en él la vida misma, ella era perfecta, y había quedado completamente enamorado. No se había dado cuenta, pero la noche era mágica: sin nubes, la luna reinaba en el cielo, y Doll reinaba en su mente. Una declaración en ese momento era perfecta: "Doll, te amo."

Las palabras la recorrieron como un escalofrío. Lo miró a los ojos fijamente, buscando la trampa en esa frase que parecía tan simple pero no lo era y no la encontró.
Sus brazos lo rodearon con más necesidad y lo besó poniéndose nuevamente en puntas de pie, era probable que él estuviese esperando una respuesta pero las palabras no salían de sus labios, se quedaban estancadas en su garganta. Se empeñó en demostrarle con aquel beso lo agradecida que estaba, ser así de importante para alguien era uno de los deseos que se ocultaba incluso a sí misma.

Al pronunciar esas 3 palabras, su conciencia lo golpeó. Realmente sentía eso, pero no sabía si era tiempo para decirlo. Se avergonzó más aún al ver que Doll no emitía respuesta: no era el momento. Sin embargo, sintió sus brazos rodear su cuerpo, y sin esperarlo, llegó un beso; un beso diferente, más puro, pero más inseguro, más real. Pero bajo, eso, un rechazo, no algo malo, pero con cierto temor.
Quiso apartar todas aquellas ideas que le llegaron de golpe, sentir la felicidad fugaz de ese momento, y esperar lo mejor.

-Gracias...-Susurró sobre sus labios, era la única palabra que podía salir de su boca. Lo abrazó con fuerza y ocultó el rostro en el hueco de nuca y su hombro-Thanks, Hes...-repitió en el idioma más cómodo para ella conteniendo las lágrimas traicioneras que buscaban caer de sus mejillas. La sensación era extraña: estaba totalmente agradecida por sus palabras y quería corresponderlas pero algo dentro de ella se lo impedía, no porque no lo sintiera sino porque no se creía merecedora de esa paz.

Bajo esa capa de sorpresa, Hes sintió las nuevas palabras puras y comprometidas. La emoción lo tomó por sorpresa y dos exclamaciones de alegría se escaparon por debajo de sus ojos. Nunca antes había vivido algo así, llorar de alegría, llorar por sufrir una duda, irónico pero cierto. "It's not necessary, please." Sentir su cabeza en su hombro, y escuchar ese llanto reprimido lo llenó de emoción y ternura."its okay, just relax" llego a decirle, tomando su cuello y enfrentandose para poder sentir esos labios nuevamente. Buscaba calmar un poco a Doll, pero sobre todo a él.
En ese momento no podía hacer otra cosa que sentir como cada parte de su cuerpo se alegraba y volvía a revivir, bajo la protección de la luna y la envidia de las estrellas, eran uno.

Suspiró y respondió al gesto dejándose llevar de nuevo, poniéndose más un puntas de pie para alcanzarlo. Se separó para recuperar el aire y lo miró a los ojos feliz.
-No sabía que también podías hablarme así...-sonrió y se soltó de forma traviesa empezando a correr por la playa-Catch me if you can, Hes!-Dijo mirándolo por sobre su hombro ante los segundos de duda con el cabello sobre su rostro. Se sentía más joven, más inocente, más pura, más ingenua... Diferente.

Se alegró totalmente, todas las ideas que rodeaban su mente se disiparon para dejar la imagen de Doll frente a él, sonrió. Vio que se alejaba, de a poco mirándolo, "are you sure?" Pregunto con tono provocativo y juguetón al mismo tiempo. Corrió un poco, lentamente, para dejar que se aleje. Al emprender la marcha, Doll había tirado el tapado, para ir más rápido. La imagen que se alejaba era la de una joven simple, inocente, que quería jugar: estaba feliz.
Quedo parado en la arena. Doll lo noto y a su distancia mirabanse fijo, mirada que demostraba un triunfo y una alegría, mirada de competencia. "Remember, darling, I'm a wolf" al decir estas palabras, comenzó a correr, a una velocidad no de humano, sino de lobo. Al alcanzarla, la abrazó y ambos cayeron a la arena. Acostados, se miraban riéndose, jugando. Luego de besarla, encontró en la luz de la mirada que se le oponía aquella niña interior que soñaba en Doll.

-Es verdad...-dijo medio entre risas mirándolo a los ojos con cariño-Lo había olvidado...-se quedó en silencio ¿Cómo olvidarlo teniéndolo tan cerca, con su calor natural abrigándola y protegiéndola del frío? Sabía que se debía a su esencia de híbrido pero había algo más... El hecho de que sus brazos la rodeaban de forma protectora, le confirmaban que él estaría allí, no se iría y permanecería a su lado siempre que ella se lo permitiese ¿Le dejarían ser esa niña por siempre? Parecía posible allí, bajo su peso, con el sonido del mar y el fondo de un cielo totalmente estrellado-But I'm a witch...-rió un poco sin que viniera a cuento de nada.

Las palabras le llegaron perdidas y sin sentido, quizás atribuido a la risa con las que las emitió. Una bruja... "Sweetheart, you re a fallen angel", dijo sonriente acercándose a su blanco y delicado cuello.
Se había olvidado totalmente del frío, cosa que le pasaba seguido por su condición física. Al verla tan desprotegida, la rodeo más fuerte y más cercano a ella. Era una situación preciosa, nunca antes había vivido algo así.
" If you let me, I want to share a lifetime with you. Will you accept me?" Las palabras salieron junto a sus emociones. El tono, indescifrable hasta para él, demostraba lo difícil que le fue confesar todos sus sentimientos hacia ella, pero cada uno cierto y justificado.

¿Un... ángel? Suspiró internamente ante aquello, quizás sí era un ángel caído, pero de esos a los que se les arrancaron las alas por cometer múltiples pecados.
Como el híbrido estaba acomodado sobre su cuello sabía que no podía ver su expresión, confundida por los sentimientos encontrados ante aquella confesión. Por una parte estaba el impulso de decirle que le permitía hacer con ella lo que quisiera, que la protegiese por toda la eternidad y nunca la dejase sola; pero por el otro estaba el miedo, el miedo a que todo aquello no fuese más que una ilusión, un error, en algún momento él descubriría que ella no era quien creía...
-¿Estarás siempre para mi?-intentó borrar aquellos pensamientos de su mente, al menos por unos segundos.
Sabía que estaba siendo egoísta... Siempre lo había sido.

Es cierto que Hes vivía solo, y ya estaba acostumbrado. Pero los híbridos también sienten frío; frío no por falta de calefacción o simplemente el clima. La falta de compañía es un factor de frío. La soledad puede hasta con el más fuerte, y Hes no estaba excluido.
Por otro lado, la idea de vivir con ella era tentadora. Su palacio nunca tuvo dos habitantes. Doll no sería en absoluto una molestia o disgusto. Es más, ella era no sólo su amada, sino su gran nueva fuente de inspiración.
"Quiero estar siempre a tu lado, cuando me necesites, cuando nos necesitemos" rió muy levemente hacia dentro de sí, para ocultar los nervios ante su respuesta. Ya habían llegado a un punto de que no se vuelve. Pero allí estaban solos, en la playa, recostados en la arena, la luna los iluminaba, su calor los protegía, y la noche que nunca volvería a ser la misma los unía y daba más confianza.

-¿Entonces me prometes que siempre siempre siempre estarás para mí, Hes?-lo miró a los ojos, no iba a aceptar un no, parecía una niña pequeña pidiéndole a sus padres que le cumplan su capricho, pero no podía evitarlo. Se acercó a sus labios esperando una respuesta, tentándolo a terminar él con la distancia entre ambos.

El brillo en sus ojos no demostraba más que alegría y sinceridad. Era una niña que pedía amor y compañía. y eso era precisamente lo que Hes quería darle.
Llegando, lenta, suavemente a sus labios la besó con ternura. Al separarse, le dijo "te lo prometo, si es que tú me lo prometes también." Pasando un brazo por encima de ella, lo posó en su cuello, para acariciarla y acercarla un poco más. Volvió a besarla, a sentirla, y a comenzar a encender el fuego que los uniría para siempre.
Hes no recordaba haberse sentido tan feliz en la vida, era una sensación única, fantástica, que no quería dejar. Doll inspiraba en él un amor divino, y quería expresarlo de todas las formas posibles.

No podía prometer aquello, no podía prometer nada. Ella era una mujer de palabra, cada promesa que hacía era un juramento para ella. Pero no podía decirle que no.
Sonrió con picardía, mirándolo a los ojos divertida.
-Si me quieres a tu lado...-dijo cerca de sus labios, casi rozándolos-tendrás que retenerme, Hes, convencerme...-volvió a besarlo para que no pudiera decirle que no, para que no pudiera hacerle más preguntas.
Se estaba comportando de forma egoísta, lo sabía.

La beso brevemente, cortando contra su voluntad aquel deseado contacto. La miro a los ojos, y rozando su respiración "entonces lo haré" no podía evitarlo, no quería perderla, y haría lo imposible para que se quede a su lado.
"Eres tu, si, tu
Razón, causa y efecto
de las noches y días.
Las estrellas se ordenan
en la bóveda celeste
para admirarte, celarte
y odiar tu infinita belleza.
La Luna brilla más fuerte
para opacarte, pero no puede.
Los brazos del viento
fríos y traicioneros
buscan perderte.

Temblaba tu hocico,
me mirabas,
y caías de nuevo en el éxtasis.
Acaso, al fin, eran tu presa
las imágenes
Con que yo volvía luego:
Tímidas, asustadizas,
de piel suave,
pero de mirada pura,
como la de tus liebres, oh Doll,
Que ya dueña eres,
de mi corazón y mi vida."

Lo escuchó maravillada sosteniéndole la mirada. Si bien el lenguaje empleado le resultaba complejo de comprender y no captaba la totalidad del mensaje se conmovió. El tono de su voz y la seguridad con la que recitaba aquello la hicieron sonrojarse más de lo que podía ocultar. Lo abrazó para que no viese su rostro y por unos segundos no supo cómo responderle.
-¿Lo... Lo practicaste, verdad?-dijo con voz sofocada debido a que pcultaba su rostro en su hombro