La búsqueda

-U-Uh... Gomen'nasai...
En la calle principal, y con la capucha baja hasta prácticamente taparle la nariz, Kaho no podía quedarse quieta. Tanto es así que acababa de llevarse puesto a un peatón que pasaba por allí. No tenía la culpa, igual. Era la primera vez que su Diosa le pedía que participara en algo. Una búsqueda del tesoro... Sonaba genial, la verdad, pero aún así el estómago le daba brincos.
No sería la única dándole vueltas al tema en aquel lugar. No sabía muy bien en qué parte de la ciudad, pero el resto de los participantes se estaba reuniendo. Tras disculparse y hacerle una leve reverencia al desconocido que reanudó, bastante molesto, su camino, la niña volvió su atención a la calle una vez más, acercándose a la pared de una de las tiendas para no volver a molestar. Meciéndose adelante y atrás sobre la punta de sus pies probó tranquilizarse mirando a la gente pasar, preguntándose si se encontraría con algún conocido.

-Una manzana...-le repetí a mis tres canes invocados. Esperaba que con su ayuda podría llegar a encontrar más rápido aquel objeto de las Diosas.

Me senté en un banco de la plaza y con mi espejo seguí de cerca canada movimiento de mis perros esperando ver cuándo encontrarían dicho objeto. No debería costarles tanto encontrarlo... Inesperadamente una de mis invocaciones dirigió su mirada a una niña, la cual me resultaba muy familiar. Decidí dirigirme a ella y presentarme.

Rápidamente llegué a la calle comercial donde ella se encontraba. La había visto chocarse con un extraño y luego acomodarse cerca de una pared.

-¿Cómo te llamas?-le pregunté mientras estiraba mi mano hacia ella.- Soy Nora.-agregué presentándome.

La gente iba y venía y, más allá de algún tendero que la había saludado, Kaho no encontró nada particularmente extraño en aquellas calles. ¿Sería la única a la que le habían dicho que empezara por allí? No, debía ser que había llegado temprano. O que el resto de la gente había empezado a buscar por otro lados, pensó, inquieta y, justo cuando se empezaba a preguntar si no tendría que ponerse manos a la obra ella también fue que lo notó.
Con un escalofrío le mantuvo la mirada. ¿Qué clase de animal era ese? El perro la estudiaba con demasiada atención y no podía evitar sentirse insegura ante sus frías pupilas. Incluso una vez que se hubo ido le fue duro ignorar las ganas que tenía de hacerse un bollo allí mismo, ocultándose bajo la capucha para escapar de la espeluznante sensación de que aún estaba siendo observada.
Como fuere, en esas andaba cuando la escuchó hablar y levantó la vista hacia ella, sobresaltada. Una chica albina de cabello largo y enrrulado le tendía la mano y, como acto reflejo, Kaho no pudo no aplastarse un poco contra la pared.
-¿W-watashi? -habló vacilante, sin entender, al principio, que era a ella a la que le pedía el nombre- ¡Ah! Mi nombre es Kaho -se señaló nerviosa al comprender que pretendía que se presentara y le preguntó, sin saber muy bien por qué- ¿El perro de hace rato era tuyo?

-Kaho...-repetí tratando de determinar si el nombre me era familiar o no. Vagamente me sonaba, pero no estaba segura.- ¿Por qué me temes?-le pregunté viendo que se encogía aún más.
Me senté a su lado y mandé al perro a seguir buscando.
-Supongo que estas aquí por lo de las Diosas, ¿verdad?-le dije mientras volvía a sacar el espejo que había guardado en mi bolso. Miré fijamente el cristal para ver si alguno de mis sabuesos había descubierto algo. Nada... Suspiré y le dediqué una suave sonrisa a mi compañera.- ¿Buscamos juntas?- le pregunté mirando fijamente sus ojos. Me resultaban muy familiares... ¿Por qué?

-N-No es que te tema, es sólo q-que no sabía p-por qué te dirigías a mí y-y... -murmuró nerviosa, viéndola sentarse a un lado suyo, en el escaloncito de un escaparate y sacar un espejo que le llamó la atención e hizo que se perdiese en medio de sus excusas, que dejó a medio camino al notar que no había un solo perro como el de hace un rato.
¿Nora había dicho que se llamaba? ¿Qué sería aquel espejo y todos esos animales de aspecto tan raro? Siguiendo con perplejidad lo que le iba diciendo, los ojos se le abrieron de sorpresa al escuchar la propuesta de la albina, que ahora le sonreía con suavidad.
-¿Te gustaría buscar conmigo? Y-yo no tengo problema, p-pero no sé en qué te pueda ser de a-ayuda -musitó, desconcertada y sin confiar del todo en esa persona que acababa de conocer y aún así le plantaba una alianza momentánea.

Sonreí con verdadera ternura ante sus palabras. Deseaba abrazarla y, extrañamente, consolarla...

-Estoy segura de que vas a ser de mucha ayuda en nuestra búsqueda. Por un lado ya mandé a mis perritos a buscar... Estaría bueno saber si hay alguien más aquí por el mismo motivo.

Me levanté y le tendí la mano.

-Ven...-le dije invitándola a seguirme y una suave voz murmuró en mi oído unas tiernas palabras. Por la sensación de calidez, parecía ser su madre o su padre... "Pobre pequeña..." pensé al ver como tomaba tímidamente mi mano. ¿La había visto en el orfanato?

Mhm, b-bueno... ¿Cuán mala podría ser una persona que hablaba con tanta ternura? Bastante pero... No, no iba a pensar en eso, se convenció, negando un poco con la cabeza y los ojos cerrados antes de tomar la mano que le tendía con precaución. Esos ojos rojos y ese rostro pálido no le iban a hacer daño, ¿o sí?
-O-Oke -murmuró, nerviosa ante el contacto y la sensación de seguridad que le producía- ¿A dónde vamos, N-Nora-san?

El oficial Murdock llegó al centro y, entre toda la gente que circundaba, reconoció dos figuras que conversaban. "Deben de ser las que buscan la manzana en Odalya..." pensó con seriedad. ¿Le convendría acercarse a ellas o buscar por su cuenta?
Sin pensar en lo que hacía, caminó recto y firme hacia las dos señoritas...

[spoiler][Sorry por la tardanza.../spoiler]

A partir de ahora Matt es el líder del grupo y ustedes decidirán si dirigirse hacia la pradera o la playa.

El Oficial Murdock se presentó ante las damas.
-Señoritas... -Dijo sacándose la boina y a apoyándola en su pecho.- Matt Murdock a sus servicios...

Spoiler:

-Buenos días, oficial.-lo saludé. Sentí como Kaho se escondía un poco detrás de mi.-Yo soy Nora y ella es Kaho. Estamos aquí por la búsqueda, pero al parecer no hay nada...-comenté notando que todos mis sabuesos se acercaban a mi defraudados. Eran perros infernales muy bien entrenados. Era imposible que si hubiese algo no lo notaran... Más aun siendo animales tan conectados con las Diosas... "Aquí no hay nada..." pensé y miré fijamente al oficial, Matt.

-Dudo que en esta zona podamos llegar a encontrar algo. Propongo que vayamos a algún otro lugar. ¿Tiene idea de a dónde podemos llegar a ir? Supongo que usted tiene más experiencia, sea nuestro guía.-le propuse al ver que los perros lo olfateaban y lo tomaban como alguien de confianza.

"Parece que me han tomado como su líder", pensó Murdock.
-Opino que deberíamos ir a las zonas más despejadas, como la playa. -Dijo poniéndose la boina otra vez y observando el cálido cielo de mediodía.- Tenemos que estar en cielo abierto para poder apreciar mejor cualquier mensaje que la Diosa nos envíe... Luego de ustedes, señoritas...

La playa, ¿huh? ¿No era ahí donde se dirigía Jade onee-chan?
El oficial del ejército no le gustaba. Y estar a cielo abierto menos aún. Y, sin embargo, escondida desde detrás de Nora-san sentía a la perfección que ella no le desconfiaba. O no demasiado.
Con los perros alrededor de ella y todo, Kaho no pudo hacer más que guarecerse bajo la capucha y asentir en silencio. Por más que el asunto no le gustara, ya se había decidido a entrar en la búsqueda. No era momento de echarse atrás, pensó, aferrándose un poco a la suave tela del vestido de la albina mientras revisaba mentalmente el mapa de Odalya y la ubicación del mar respecto a la ciudad.
-Ikke, Nora-san. La playa es ha-hacia allá -murmuró con toda la seguridad que fue capaz de encontrar al fijar rumbo y jalar de la peliblanca con la esperanza de que la siguiera y le diera a entender al de los ojos verdes que los podía guiar.

Acaricié suavemente la cabeza de Kaho y caminé unos pasos hacia donde ella me indicaba.

-Bueno, creo que es hora de emprender la marcha hacia la playa. Creo que es una perfecta elección.-agregué recordando que hacia allí se había dirigido Iain."¿Qué estará haciendo?" me pregunté mientras trataba de no imaginármelo tirándosele a alguna chica. "Ese zorro..." Miré a Kaho fijamente tratando de olvidarme de él y para poder concentrarme sólo en la búsqueda. Había un rumor de que esa manzana era capaz de otorgar la vida eterna con tan solo un mordisco. -Según Kaho la playa está por allí... ¿Alguno sabe algo exactamente sobre esta búsqueda?

Spoiler:

El equipo de Matt se dirige hacia la playa.