Noche Agitada [Priv. Sally] [+18]

Iba a matarme...

Verla entusiasmarse ante la idea me extasiaba. Ojala terminara siendo tan bueno como sus ojos lo prometían... Un pequeño cambio de roles parecía ser interesante..

Entré a la bañera completamente excitado y esperanzado por lo que la pequeña zorra iba a hacerme. -Veamos tu imaginación, mi pequeña... No soy tan sensible y mi trabajo seguro merece un muy buen puntaje... Veamos si eres capaz de satisfacerme, mi pequeña zorra-le dije mientras acariciaba su rostro con mis nudillos.-puedes comenzar. Átame...- le susurre en el oído antes de morder el lóbulo de su oreja y colocar mis muñecas ante ella.

- Hmmmm, un placer. - Dijo junto al click de una de las esposas cerrándose en una de sus muñecas. Se tiró sobre el besándolo, haciendo que se echara para atrás y llevando sus brazos por sobre su cabeza sujetando sus manos en las canillas de agua tras él. Se separó riendo luego de profundizar el beso y se sentó sobre el borde de la bañera con las piernas cruzadas jugando con el jabón que la cubría. Como se iba a divertir.
Levantó uno de sus pies y pisoteo suavemente su miembro estallando en carcajadas.
- ¿Alguna petición espacial? - Preguntó sacando el pie y se arrodilló frente a el rozando su entrepierna con una de sus rodillas y pasando su dedo indice por su barbilla.

-Te estoy poniendo a prueba, bebé… Quiero que me sorprendas…- le dije mientras guiñaba un ojo y me acomodaba más cerca de su cuerpo.

“Esta zorra…” pensé al tratar de imaginarme qué haría. Esperaba que su entusiasmo, completamente palpable, produjera algo digno… “Espero que sea un poco original…” deseé y le sonreí provocativamente.

Rió de nuevo ante sus palabras acciones y bajó una de sus manos hasta su miembro, se puso a jugar con el pellizcándole la punta mientras con la otra mano lo acariciaba de arriba a abajo con sus dedos. Quería que gimiera, que se llenara de placer hasta casi explotar para luego ella parar y dejarlo ahí, impotente, sufriendo de las ganas.
Se recostó sobre él y comenzó a besar su pecho y mordisquearlo concentrándose en sus tetillas. Iba a gritar de placer debajo de ella, lo iba a torturar hasta que ya no pudiera mas y rogara que lo envolviera como había hecho con ella.

Reí internamente ante lo que hacía. Realmente se sentía muy bien... Sus caricias y el agua caliente eran una combinación maravillosa, pero no se lo iba a dejar tan fácil; iba a resistir todo sin demostrar nada...

“Veamos hasta donde es capaz de llegar…” pensé y casi gemí cuando ella toco una zona sensible de mi miembro y chupaba fuertemente una de mis tetillas... “Mierda” pensé... La zorra era buena. Me iba a costar controlarme, más aun cuando mi mirada se fijaba en su rostro y de vez en cuando en sus senos q se arrastraban sobre mi abdomen. Duros pezones listos para ser tocados... Y mis manos atadas... Sonreí. Era excitante estar atado. Querer hacer algo y no poderlo, dejar que el otro te controle.

“Cuando me suelte la hago mierda…” pensé, deseando estar libre para poder agarrarla por las caderas y meterle mi pene de una.

Sonrió al sentir que de a poco comenzaba a endurecerse siguió aumentando el ritmo de sus manos dándose cuenta de los gemidos que contenía. Cuando estuvo bien duro lo soltó y se alejo de él con un par de risas, paso sus piernas envolviendo sus caderas y se coloco sobre su miembro pero
sin penetrarse, rozándolo a penas. Posó sus brazos por sobre sus hombros.
- Sé que te gusta. Se te nota. ¿Porque no te sueltas y gritas de placer como quieres? - Preguntó juguetonamente moviéndose lentamente, rozándolo, antes de besarlo apasionadamente, riendo.
Terminó el beso ya sintiéndolo completamente duro bajo suyo y comenzó a bajar lentamente introduciéndose la punta de su miembro a ritmo tortuoso para luego sacarlo y volver a, simplemente, rozarlo. Separó su torso de él y mientas se movía suavemente al compás del agua comenzó a bañarse frotándose el jabón forma sensual por su cuerpo, terminando en sus senos, comenzando a masajearlos mientras los enjabonaba soltando suaves gemidos y aproximandolos lentamente al rostro del pelinegro dejándolos a pocos centímetros de su rostro.

“La voy a hacer mierda…” pensé mientras evitaba mover mis caderas y mordía fuertemente para evitar las palabras y los gemidos que deseaban salir.

Incliné mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos mientras intentaba contenerme. La lenta tortura que realizaba con mi pene era casi insoportable. “Si tuviera las manos desatadas…” deseé mientras sentía la maldita tortura en la punta de mi pene.

-Juegas con fuego, pequeña… -logré articular las palabras mientras la miraba. Seguía con su maldito show con la espuma. Tan endemoniadamente sexy… Tocaba sus senos lentamente mientras espacia la espuma. Sus pezones erectos me invitaban, pero era incapaz de moverme. Deseaba agarrarla y colocarla boca abajo mientras la penetraba fuertemente produciendo que nuestras caderas se chocaran y ella gritara y explotara de placer bajo mi cuerpo y mis manos…

“Te voy a hacer mierda…” pensé cuando la miré con los ojos entrecerrados. Efectivamente, estar atado era una tortura.

Suspiró soltando sus senos.
- Veamos cómo es quemarse. - Respondió seguido de un fuerte gemido al envolver de repente y por completo su sexo para luego quedarse quieta, jadeando. Lentamente comenzó a moverse, lento, muy lento. Mientras rozaba sus pezones en su pecho, acariciaba y pellizcaba sus tetillas con sus manos y se abalanzaba sobre su cuello mordisqueando y succionando su piel de forma pausada.
- ¿Aún... Piensas resistir...te? - Preguntó entre suaves suspiros comenzando a caer presa del placer de sus propios movimientos, ansiando mas.

Maldije internamente ante su ritmo lento. Cerré los ojos fuertemente resistiendo ante sus suaves toques.

-¿No deseas desatarme?-le pregunté esperanzadamente. Me encontraba enloquecido por agarrarla y partirla de inmediato.

Mi mente se llenaba de brutales palabras mientras luchaba contra el placer que me inundaba. La muy zorra se estaba divirtiendo con la venganza. Ya vería ella, ya me lo pagaría… ¡Maldita la hora en la que se le había ocurrido probar esto! Definitivamente no había nacido para ser atado y dominado…

- Si, quisiera soltarte. - Admitió quedándose quieta encogiéndose de hombros. - Pero si lo hago, ¿Donde queda mi venganza? - Agregó retomando sus movimientos ahora de forma mas rápida y brusca. Buscando solamente su propio placer.
Pasó sus brazos al costado de su cuello y lo besó apasionadamente sumergiéndose en su boca y amortiguando sus propios gemidos en ella. Se separaró a los pocos minutos jadeando entre gemidos junto al sonido de las esposas cayendo al agua.
- No me hagas arrepentirme. - Dijo retomando el aliento mientras le guiñaba un ojo.

-Jamás...-le contesté sonriente.

La agarré fuertemente y me levanté. La apoyé contra la pared y la penetré con una embestida fuerte y completa.

-Nunca más me dejo atar...-le comenté antes de tomar su boca y devorarla.

Embestí una y otra vez fuertemente sin detenerme mientras saqueaba su boca con mi lengua y mis dientes. "Mi pequeña zorra..." pensé mientras metía dos dedos en su ano y comenzaba a moverlos frenéticamente. Su cuerpo comenzó a temblar cada vez más y solté sus labios dirigiéndome a sus pezones. Los tironeé y lamí hasta escuché que gritaba fuertemente apretando mi cabeza contra sus senos.

-Zorra...-susurré alegremente al embestir por ultima vez y terminar junto con ella.

Se deslizó por la pared sumergiéndose de nuevo en el agua, sin poder mantenerse en pié, suspirando y jadeando.
Había sido magnífico, la había sobreexcitado con su brusquedad y la atención a su ano y sus senos había sido excelente con la mezcla exacta de brusquedad y placer como a ella, había descubierto, más le gustaba.
- Bien que te gustó, no creo que no quisieras repetirlo nunca más. - Se burló observándolo con una media sonrisa notando su vista borrosa. Su cuerpo al parecer ya no daba más... Pero ella quería continuar...

-Lo repetiría solo si quieres que te empiece a tratar más bruscamente...-comenté. Mientras la tomaba en brazos y la llevaba a la cama. ¿Qué importaba si estaba mojada? Solo quería tenerla una vez más debajo de él jadeando.

-Creo que tu cuerpo puede llegar a soportar una vez más... Por mi podemos continuar, aunque es probable que te termines desmayando...-agregué un poco divertido. Eran tan cómodo mi estado...

La acomodé suavemente y me acosté a su lado mientras jugaba con su plano vientre. Reí suavemente ante la idea de verla caer inconsciente sobre mí.

-Móntame otra vez...-le dije.- Yo te ayudo...-agregué mientras le guiñaba el ojo.

Bufó son una sonrisa - ¿Tú? ¿Considerado? Ja! - Se burló cerrando una de sus manos en sus cabellos y tiró acercándolo a ella para besarlo de forma salvaje. ¿Qué importaba si se desmayaba y si su cuerpo ya no daba mas pidiendo un descanso? Gozaría de aquel acto por una última vez.
- Adelante. - Accedió deseosa relamiendo sus labios a pocos centímetros de él rozando los suyos con el revés de su lengua.
- Pero te advierto que casi y no puedo moverme. - Avisó algo molesta consigo misma por estar tan débil.

-Cierto... No soy considerado...-le dije y la coloqué sobre mí.- Tanto que no pienso ayudarte hasta que vea que estas por perder la consciencia. Eras capaz de encargarte tu sola...

Aplasté sus labios contra los míos y tres dedos se dirigieron a su interior robando de ella dulces gemidos. Subí el ritmo mientras disfrutaba de la suavidad de sus labios mordiéndolos suavemente. Mi otra mano se dirigió a jugar con sus pezones. No podía parar de reír internamente ante lo frágil y excitada que estaba... Retiré mis dedos mientras alejaba mi boca de la de ella y le sonreí traviesamente mientras probaba el dulce jugo con los cuales se habían empapado mis dedos.

Elevé mis cejas y reí ante su expresión.

-Te toca, preciosa...-le dije mientras esperaba que comenzara a montarme. Unos pocos juegos previos y yo ya me encontraba duro...

Intentó contener sus gemidos en vano mientras la besaba y sentía sus caricias por su cuerpo y en su interior.
Cuando la soltó y sentó sobre él, ella jadeó fuertemente mientras comprobaba la dureza de su miembro ¿Cómo podía estar tan duro tan rápido? Era algo inhumano... Y le encantaba. Sonrió entre suspiros cansados mientras lo envolvía dejándose caer sobre él soltando un grito de placer. Aún estaba demasiado sensible y cada roce le causaba como corrientes eléctricas que le atravesaban todo el cuerpo.
Se apoyó con sus brazos en su pecho encorvando su espala y comenzó a mover sus caderas de atrás hacia delante ignorando el cansancio de sus músculos. A las pocas embestidas sintió sus manos en su cintura ayudándola en cada movimiento, ayudándola a llegar mas profundo. Las caderas del pelinegro comenzaron a moverse ensartándola desde abajo.
Ya no sabía como gritar ni gemir, soltando simples exhalos ahogados a la vez que su vista se iba ensombreciendo cada vez más mientras el placer iba aumentando hasta volverse insoportable y caer rendida ante un deslumbrante blanco.

Reí descaradamente cuando mis brazos la atraparon en el momento en que perdió la consciencia justo al llegar al orgasmo. Había sido mucho para su frágil cuerpo... La recosté a mi lado y la observe fijamente antes de cubrirla con las sabanas.

-Mi pequeña zorra...-murmure mientras la cubría.-Tanto espíritu, pero un cuerpo tan débil...- Era una pena, yo aún no me había cansado. Quería tres o cuatro veces más... “Bueno... Después me busco a otras” pensé mientras me acomodaba abrazándola. Se sentía muy bien tener su caliente cuerpo contra el mío. “Pena q seguro no van a ser como ella...” me di cuenta amargamente y cerré los ojos obligándome a dormir. La zorra estaba completamente extenuada, no se despertaría por un buen tiempo...

Se despertó tarde, algo cansada y extrañada de encontrarse en los brazos del pelinegro, pero... ¿Cuántas veces había despertado en brazos desconocidos? Volvió a cerrar los ojos acomodándose contra él, recordando los hechos de la noche anterior.
Había sido el mejor sexo que había tenido en su vida, y había hecho varias cosas nuevas. ¿Por qué los otros con los que se había acostado siempre recurrían a la forma simple y tradicional? No sabían de lo que se perdían... O le hacían perder a ella...
Sonrió. Debería aprovechar y escribir un libro erótico, que se base simple y puramente de sexo sin casi nada de historia... Lo que le había dado para escribir en una sola noche! Luego de pensar un poco sobre ello se decidió por un incubo que entra a la habitación de una chica y la empieza a tocar mientras duerme.... Sonrió con un deje de maldad y usó sus poderes entrando al sueño de quien dormía a su lado.
Un sueño erótico, varias mujeres sexys por todos lados. Hacerlo excitarse hasta el punto y.... puf! Adiós sueño erótico.
- Muy mal... ¿No? Pero ¿Que aún no tienes una belleza dispuesta a todo al lado tuyo? Sólo aprovecha y utilízala para saciar tus ganas, no creo que le moleste aunque este durmiendo, y de seguro lo disfruta, la muy zorra. - Comentó introduciéndose en el sueño desde el cuerpo de una de las mujeres que antes participaban del sueño erótico atendiéndolo, para luego desaparecer dejando el sueño en blanco.
Dejo de utilizar sus poderes y se acomodó más contra él simulando seguir durmiendo, contuvo unas risas al ver lo duro que se encontraba.
Lanzó un débil gemido y comenzó a mover levemente sus caderas mientras murmuraba pidiendo por más y se agarraba fuertemente de él. Simulando estar en medio de un sueño mojado para darle mas incentivos aunque éstos no fueran necesarios.

Me desperté completamente duro y por culpa de un roce en mi entrepierna. Vi a la muy zorra contonearse en medio de un sueño húmedo...

-Interesante...- susurré mientras mi mano comenzaba a acariciar su brazo.

Una hermosa pelirroja petera en sueños me había insinuado algo… “Es hora de hacerle caso...” pensé y mis labios se dirigieron al oído de la zorra.

-Mi pequeña...-susurré antes de deslizar mis labios sobre su cuello y mi mano en busca de sus senos. Apreté mi cuerpo contra ella y la sentí sacudirse mientras dormida. “Es hora de mejorar su sueño” pensé y pellizqué sus pezones mientras comenzaba a mordisquear lentamente su cuello. Los planes que tenía para ella cuando se despertaran… Ese hermoso sueño que había tenido me había inspirado…

Volvió a soltar gemidos, esta vez de verdad, sin abrir sus ojos y pegándose más a él. Estaba siguiendo sus planes a la perfección ayudándola sin saberlo con la primera escena de su libro.
Idiota. Contuvo una risa y la suplanto por otro gemido.
Mejor dejaba los asuntos que tenia entre manos de lado y se ponía a disfrutar del resultado de sus incentivos.

Sonreí al escuchar sus gemidos. Sin embargo, no era tan divertido... La prefería despierta atacando mi ego y no pudiendo contenerse por el placer. La quería despierta incitándome a más…

-Hora de despertar…-le dije mientras la levantaba y la colocaba sobre mí. La bese profundamente quitándole todo el aire y luego la solté viendo como sus ojos abiertos me veían sorprendida y luego ese sentimiento era cambiado por… ¿molestia?

Notó cómo la ponía sobre él y como el beso la dejó sin aliento. Obviamente intentando despertarla, cosa que "consiguió".
Abrí los ojos y lo miré algo molesta, eso no era parte de mis planes, ya había arruinado la escena que quería....
- Estaba durmiendo... Y tenía un muy buen sueño. - Me quejé aunque esa no era la razón por la que estaba molesta, ni siquiera era verdad. - Ahora, si me disculpas, estoy cansada. - Repliqué bajándome de él y me acosté a su lado donde antes estaba tirando de las sábanas y adueñándome por completo de ellas. Lo último era cierto, la noche anterior me había dejado sin energías ¡Hasta me había desmayado! ¡Diosa! ¡Qué buena sesión de sexo!
Lástima que sería la última... Se quedó pensando unos minutos antes de destaparse de golpe. Aún podía repetirla, ¿No? Qué mas da si estaba cansada! Un poco de esfuerzo no mataba a nadie.
- Cambié de opinión... Ven. - Exigí apoyando mi dedo índice en su pecho.

-Pequeña zorra...-susurré mientras me levantaba y salía de la cama. Cambiar de humor tan rápidamente... Y quejarse diciendo que tenía un buen sueño cuando yo le puedo dar algo mejor... "No... realmente no..." pensé mientras caminaba hacia la cocina.

-Un desastre...-me quejé al observar la mesa llena. Empecé a retirar todo rápidamente. Si quería zorra para el desayuno tenía que apurarme.

Dejé sobre la madera solo unos frascos y volví al cuarto en busca de mi pequeña. "Más le vale no estar durmiendo..." me dije mientras entraba al cuarto pensando qué podría llegar a hacerle. En la mesa se podrían practicar con diversas posiciones y también los comestibles ayudaban, pero... algo más... Deseaba algo más.

Hmmm que mál ... Parece que mi reacción lo ofendio, le sacó las ganas o algo. Pensó encogiéndome de hombros mientras lo veía salir de la habitación.
Se levantó y vistió levantando sus ropas del suelo luego de buscar dónde habían caído. Agaró su bolso y lo ató a su cintura junto a su látigo.
Llegó a la puerta de la habitación y cayó en la cuenta de que... Habían entrado por la ventana...
- Emmm... No creo que me quieras para nada más asi que... ¿Cómo salgo de acá? - Preguntó al verlo del otro lado del pasillo en una habitación que parecía ser la cocina.

Reí al verla queriendo irse de mi departamento. "¿Pensaba que se podría marchar hasta que no estuviera completamente satisfecho?"

-Pequeña... Aun estoy muy hambriento...-le comenté mientras me acercaba y la tomaba de la cintura.-Nunca podría dejar marcharte sin un pequeño desayuno...-le aclaré mientras la llevaba en brazos hacia la cocina. Extrañamente no ejerció resistencia y me dejó acomodarla fácilmente sobre la mesa.- ¿Te gusta el chocolate?-le susurré al oído mientras comenzaba a levantar lentamente su remera.