Noche Agitada [Priv. Sally] [+18]

Así que no se había cansado... Genial! Pensó dejándose llevar sin otorgar ninguna resistencia.
- Creí que ya te habías cansado. - Murmuró con una leve sonrisa en el rostro. - Y sí, me encanta el chocolate. - Dijo acercándose a él dejando salir las palabras junto a su oido. - ¿Por? ¿Qué me tienes preparado esta vez? - Preguntó curiosa antes de atacar su cuello bajo su oreja.
Ahora presentía que tendría un muy buen desayuno.

-Ya veremos...-le respondí mientras mordisqueaba su cuello y trataba de quitarle su bolso.-...pero cuando termine de desnudarte.-agregué mientras al fin se lo sacaba y lo tiraba al suelo.

Me dirigí a su abdomen y comencé a mordisquearlo levemente mientras subía, retirando su remera. Adoraba como reaccionaba entre pequeños suspiros gemidos y, de vez en cuando, una pequeña risa.

Sonreí con ganas cuando le retiré la remera y me dirigí a sus pies.

-Mi pequeña princesa...-le dije guiñándole el ojo mientras le quietaba sus zapatos.

Se rió ante su frase. ¿Ella? ¿Princesa? Sí, claro. - Mejor guárdate tus cursis halagos. - Le dijo empujándolo un poco con su pie.
.... Timeskip! ....
¡Diosa! ¡Qué buena forma de tomar el desayuno! En ambos sentidos. Pensaba mientas corría el chocolate de su boca con el pulgar para luego chuparlo. Era delicioso. Lástima que se había desperdiciado un poco. Se lamentó viendo como en todo su cuerpo había manchas irregulares de chocolate, y en el del pelinegro también.
- Oye, creo que me voy a duchar. - Dijo levantándose a duras penas del suelo. Estaba completamente exhausta y ya ni recordaba cómo habían llegado de la mesa al piso... - Con permiso. - Agregó saliendo de la cocina hacia el baño que ya conocía.

La observé marcharse contorneando su cola... "Una bella imagen..." pensé admirando la vista mientras, también, internamente me reía al verlo manchado de chocolate.

-Oh, bueno...-murmuré con un suspiro mientras me daba vuelta y estiraba mis brazo.

Hasta ahora la pequeña zorra había satisfecho mis deseos. "Es buena... dentro de todo" pensé cuando recordé cómo se había atragantado. Reí un poco. Ella no parecía realmente una prostituta. Era más bien como si le faltara dinero y tratara de conseguirlo de alguna forma; y su orgullo no le permitía ser una gata barata. "Menos mal..." pensé mientras intentaba imaginarmela como una zorra cualquiera. Seguro si lo fuera no sería tan divertida.

Me levanté de repente divertido al darme cuanta que no sabía su nombre.

-Bueno, se lo pregunto después...-murmuré y me fui a limpiar.

Pensando que ella tardaría un tiempo en salir de la ducha, decidí salir a comprar unas cuantas cosas. Además, si deseaba marcharse, tendría que prácticamente registrar la casa para encontrar la llave. Yo ya no sabía dónde la había dejado.

Salió de la ducha secándose el pelo con una toalla y al salir del baño se asombró al encontrar el lugar vacío, parecía que el pelinegro se había ido... Mejor para ella. Revoleó la toalla donde sea que caiga y fue a la cocina en busca de sus prendas que encontró desparramadas en cada rincón.
Se vistió y buscó las llaves del lugar que creía haber visto sobre la mesa en algún momento y, efectivamente, las encontró al poco tiempo sobre una de las sillas de la cocina.
Se acerco silbando y dando saltitos hacia la puerta cuando se le ocurrió algo y se detuvo sacando una birome y su libretita.

"Estaba jugando,
jugando sin querer,
jugando un juego,
un juego de placer."

Sólo que no era sin querer, yo lo busqué.

Escribió en una de sus hojas y a lo último firmó como 'Haunter' e hizo un pequeño dibujo de un fantasma con dos manos flotantes a un lado. Arrancó la hoja y la dejó sobre la mesa. No tenía ningún motivo en especial, sólo se le había ocurrido el verso y firmó por inercia... Ahora que lo pensaba, ni sabía cómo se llamaba el pelinegro... Se encogió de hombros sacándole importancia. De todos modos era muy posible que nunca más lo volviera a ver.
Abrió la puerta y salió cerrándola tras de sí con las llaves en la cerradura del lado de adentro. Se había divertido, tenía el dinero que le había sacado al otro. Ahora tocaba trabajar. Reflexionó con una sonrisa. Lo bueno era que ya tenía una idea de qué escribiría ésta vez.

Me metí silbando al living y lo encontré vacío. Las ropas de la zorra no estaban.

-¿Se fue?- me pregunté en voz alta mientras encontraba una nota y veía mi llave en la cerradura. "Tal vez la había dejado en un lugar fácil de encontrar..." pensé mientras encogía los hombros. Nunca las usaba...

Me fui a sentar al sofá y leí la nota. Ahora ya sabía cuál era su verdadero trabajo: escritora. Y también conocía su nombre artístico.

-Se fue...-me repetí mientras sentía que Cali me llamaba. "Genial, se me va la zorra y pierdo la posibilidad de encontrar sexo en alguna otra parte" pensé mientras recordaba la última vez que había visto a mi encantadora Cali.

Gemí mientras desplegaba las alas para salir de mi casa e ir ante ella. Esperaba que ella no se hubiera hecho aun más bella. "Ella no..." me dije mientras dejaba la hoja sobre la mesa y sonreí al ver una pequeña mancha de chocolate sobre ella. "Ya te volveré a ver Haunter..."